En el marco de la Jornada de Lecturas, Cultura, Bibliotecas, Tecnología, se presentará la cantante Liliana Herrero, a beneficio de las Biblioteca Populares.
Será el venidero martes, a las 21.15, en el Teatro Municipal, con organización y auspicio del Instituto Cultural de Bahía Blanca, la Universidad Nacional del Sur y la Asociación Bernardino Rivadavia. Intérprete del folklore argentino y profesora universitaria de Filosofía, Herrero nació en Villaguay, provincia de Entre Ríos.
Inició su vida artística como cantante en los años '60. Desde entonces sostiene decisiones estéticas y culturales dedicadas a bucear en raíces folklóricas argentinas, otorgándoles sonidos y tratamientos contemporáneos.
De esta manera, Liliana Herrero propone una forma de interpretación más ligada a la recomposición que a la mera copia fiel de una obra popular en su versión original.
Entre otros galardones, su canto ha obtenido el Premio Konex Platino 2005, como la mejor cantante de la década '95-05, además de haber estado nominada para el Konex 1995 como una de las cinco mejores cantantes de la década anterior.
Recibió el Premio Gardel 2004 como artista de folklore "Nuevas Formas" por su disco Confesión del viento ; y fue nominada como mejor artista femenina de folklore por su álbum Litoral. Ha presentado su música en los más diversos escenarios del mundo como España, Japón, Uruguay, Brasil, Francia, Inglaterra, China, etc. y ha participado con sus interpretaciones en diferentes filmes como la multipremiada XXY de Lucía Puenzo, El cielito de María Victoria Menis, Hermanas de Julia Solomonoff, Memoria del saqueo de Pino Solanas, Kamchatka de Marcelo Piñeyro, Vidas privadas de Fito Páez, entre otros. Tiene 10 discos solistas y una gran cantidad participaciones como invitada. Litoral es su primer disco doble.
La entrada general tendrá un valor de 15 pesos.
Igual a mi corazon, su ultimo disco
Este disco toma su nombre de una línea cantada, del surco mínimo de una canción. Pero esa línea pretende mucho. Quiere igualar todo al corazón, palabra que escapa al intento de sofrenarla, pues es un plato servido a diario en los mil matices de la lengua. Es una igualdad que busca en el cosmos una gran unidad emotiva. Es el sello de un canto que ensaya múltiples inflexiones, planos heterogéneos, constantemente cruzados. Es el lacónico despojamiento clásico, el barroco de los poetas del noroeste, la sonoridad guaraní que aparece apenas se escarba el castellano corriente, el portugués exaltado de imprecisas pronunciaciones. La voz remite a la promesa de unidad, a una utopía vecina al caos. Es la fusión de toda lengua en un alma única. El corazón, que parece tan armonioso y citable, es ese caos.